martes, 26 de julio de 2011

Amy Winehouse y el ominoso club de los 27

Foto: AP


Por Fernando G. Toledo


El caso podría ser materia de estudio para sociólogos especializados en conductas de la juventud, para psicólogos, para quien sea. Pero hay una estela trágica a la que Amy Winehouse acaba de agregar su cuerpo como una ofrenda ominosa: la muerte a los 27 años de una estrella pop.
Como Winehouse, son muchos de los grandes músicos de todos los tiempos que han muerto, generalmente, por culpa directa o indirecta de sus excesos en el consumo del alcohol y las drogas, a esa edad emblemática.
Tenía 27 años Brian Jones, integrante de los Rolling Stones y compositor de la inolvidable canción She’s a Rainbow, cuando su cuerpo apareció flotando en la piscina de su mansión, el 3 de julio de 1969. Los reportes oficiales no dan detalles de su muerte, pero padecía problemas de intoxicación y erratismo que lo llevaron a ser despedido de la banda.
Jimi Hendrix murió a los 27 el 18 de setiembre de 1970 por aspirar su vómito, tras una ingesta de alcohol y somníferos. Menos de un mes más tarde y por sobredosis de heroína, falleció Janis Joplin. También tenía 27 años.
A esos casos se iba a sumar el de Jim Morrison. El líder de The Doors, consumidor habitual de LSD, fue hallado muerto en la bañera de su piso parisino, 3 de julio de 1971 (exactamente dos años después de Brian Jones). El Rey Lagarto contaba con 27 años, por supuesto.
El 5 de abril de 1994, después de estar inhallable por varios días, el cuerpo de Kurt Cobain (líder de Nirvana) fue encontrado en su mansión. El músico se había dado un tiro en la cabeza y su cadáver estaba rodeado de restos de drogas.
En la Argentina, el cuartetero Rodrigo, el Potro, murió en un accidente automovilístico en el que, según las pericias, sin duda, tuvo que ver el consumo de alcohol. El Potro era consumidor de cocaína, según muchos testimonios.
Finalmente Amy Winehouse, una cantante que en muchos sitios es más conocida por sus excesos y su estado decadente, incluso, en algunos conciertos, murió ayer a los 27 años.
El mito de morir joven y con un cuerpo hermoso, al parecer, encuentra una colección de grandes músicos con lamentable final. Se supone que nadie querría que este panteón del llamado «Club de los 27» siguiera engrosando sus filas. La muerte precoz deja un silencio obsceno ante el cuerpo de los grandes músicos.

Publicado en Diario UNO el 24/07/2011

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